El cemento aluminoso se empleó para la construcción entre los años 50 y 80 en los que urgía construir con rapidez un gran número de edificios. En concreto, el problema surge porque con el tiempo este compuesto se reveló como inestable ante diversos factores atmosféricos como la humedad o el calor. Por lo tanto, tenemos que prestar atención a la fecha del edificio para poder sospechar un caso de aluminosis.
Además, tenemos que estar atentos a ciertos aspectos como los que siguen:
El color del cemento que pasa del gris a un color marrón verdoso.
Existencia de grietas o deformaciones que se pueden apreciar de un modo visual.
Manchas de óxido en el hormigón.
Lo cierto es que los problemas de aluminosis se detectarán con mayor facilidad en ciertas estancias de la vivienda. Así, conviene prestar especial atención a los cuartos más húmedos como baños y cocinas, así como a los puntos de paso de instalaciones de saneamiento y agua o zonas como fachadas, patios o medianeras.
En un edificio con aluminosis observaremos que en estas zonas existen fisuras importantes e incluso desprendimientos de hormigón. Por lo tanto, si detectamos estos problemas conviene que nos pongamos en contacto con un arquitecto técnico para que evalúe el estado del edificio y haga un correcto diagnóstico de la situación.
A día de hoy casi todos los casos de aluminosis tienen solución y en muy pocas ocasiones se recurre a la demolición. Así, los técnicos dependiendo de la situación se decantarán por un mantenimiento, el refuerzo del edificio o la sustitución funcional. Vamos a ver rápidamente todas estas posibles alternativas:
Es la solución para aquellos edificios cuyas viguetas están fabricadas con cemento aluminoso pero no peligra la estructura del resto del edificio. Es decir, se actúa de esta manera ante los casos menos graves. Los profesionales optan por evitar factores como la humedad o el calor que favorecen el desarrollo de la aluminosis. Se elaborará un estudio técnico y serán necesarias revisiones periódicas durante toda la vida del edificio.
La solución consiste en reforzar las viguetas con láminas de acero o fibra de carbono.
Se añaden elementos de refuerzo al dañado para que lo sustituyan funcionalmente y se recurre a colocar, por ejemplo, perfiles laminados de acero en la parte inferior a la vigas afectadas. En definitiva, es un caso grave que requiere una intervención más drástica.
Ya has visto que es bastante fácil detectar si un edificio padece aluminosis. De hecho, es un problema que suele saltar a la vista. Por lo tanto, si sospechas un problema así en tu vivienda, ponlo en conocimiento de los técnicos para que actúen cuanto antes y atajen el problema antes de que se agrave.
O cuéntanos lo que necesitas y nos pondremos en contacto contigo lo antes posible
