En concreto, esta certificación, tal y como nos la presentan en el Instituto Tecnológico de Galicia (ITG), “es un sistema de puntuación dinámico para edificios y comunidades que permite identificar, medir y monitorizar las características de los espacios construidos que impactan en la salud y el bienestar de los ocupantes”.
Los impulsores de este certificado son conscientes de que pasamos la mayor parte del día en el interior de nuestra casa y, en consecuencia, estos espacios cerrados impactan en gran medida en nuestra salud, bienestar y productividad.
Así, sin ir más lejos, el aire que respiramos en estos lugares cerrados pueden contener numerosos contaminantes que pueden comportar una variedad de problemas de salud. Por este motivo, urge mejorar la calidad del aire a través de diferentes mecanismos que, según esta certificación, puede ser alguno de los siguientes:
Ventilación natural y mecánica.
Filtrado.
Protección de espacios sensibles.
Prohibición de fumar.
Control de la aparición de humedades.
Etc.
Además, conseguir un espacio así, ya sea en casa o en la oficina, redundará en importantes beneficios como los que referimos a continuación:
Trabajar o vivir en un ambiente saludable.
Aumento de la productividad.
Mayor satisfacción y felicidad en el trabajo.
También mejorar factores como la luz natural y artificial en el proyecto arquitectónico contribuye a lograr unos entornos más saludables y productivos. Así, la certificación Well se afana en aspectos como los que siguen:
Diseño de la iluminación teniendo en cuenta los ritmos circadianos de las personas que habitan o trabajan en estos edificios.
Menores deslumbramientos.
Acceso a iluminación natural.
Calidad de la iluminación.
Tampoco podemos pasar por alto la importancia de no exponerse a fuentes de ruido, como el tráfico y el transporte, puesto que afectan a la salud y el bienestar de las personas. De hecho, altera los patrones del sueño e incluso comporta problemas de aprendizaje en niños. Por este motivo, el edificio ha de contar con una serie de sistemas para atajar estos ruidos. Según la certificación Well, podemos recurrir a los siguientes:
Barreras acústicas.
Tiempo de reverberación
Absorción del sonido.
Sistemas de cancelación de ruido.
No hay que olvidar que los materiales de construcción también son relevantes para la certificación Well y estos deben cumplir con una serie de requisitos básicos:
Ausencia de tóxicos como plomo, amianto y mercurio.
Una adecuada gestión de los residuos.
No se permite el uso de pesticidas.
Reducción de COVs.
Monitorización de las emisiones.
En Aelca creemos firmemente en el futuro de este tipo de certificaciones y estamos trabajando para obtener unos residenciales que encajen a la perfección en estos requerimientos. En cualquier caso, si quieres conocer un poco más este sello, te animamos a que visites la web del Instituto Tecnológico de Galicia (ITG), que trabaja como partner del International WELL Building Institute.
O cuéntanos lo que necesitas y nos pondremos en contacto contigo lo antes posible