Lo cierto es que la primera decisión que deberemos adoptar al respecto es cómo queremos que sea el tipo de apertura pues existen diferentes opciones. Destacamos algunas de ellas a continuación:
Puertas con apertura abatible: Este es el tipo de puerta más frecuente en las casas. Así, se abren formando un ángulo con respecto a la pared.
Puertas correderas: Cuando el espacio es reducido y queremos aprovecharlo al máximo, este tipo de puertas parecen brindarnos la mejor solución. Resultan muy discretas y modernas. Dentro de esta categoría, por cierto, hemos de hablar de dos opciones: las puertas de interior empotradas y las puertas de interior sobrepuestas. En el caso de las primeras es preciso realizar obras a fin de introducir la hoja de la puerta dentro la pared.
Puertas de lamas: Esta alternativa aún nos permite ganar más espacio pues las lamas de las puertas se pliegan unas sobre otras.
Puertas pivotantes: Requieren de cierta amplitud para su instalación y, por este motivo, apenas las observamos en las casas. En estas puertas, la hoja gira gracias a unos pernos.
Una vez escogido el tipo de apertura, toca seleccionar el material de la puerta. Aunque el más común es la madera maciza, existen otras posibilidades en el mercado que no debemos desdeñar:
Puertas chapadas que se han fabricado a partir de fibras de madera y resinas sintéticas comprimidas que posteriormente se recubren de una chapa. Esta última puede ser de madera o de cualquier otro material.
Puertas huecas o alveolar que resultan muy ligeras y económicas pero también menos aislantes que otras opciones. Ten presente que hablamos de un interior de cartón con un marco de madera que después queda revestido con una chapa.
Otro aspecto en el que debemos reparar a la hora de configurar nuestra puerta perfecta es el tipo de acabado que deseamos en ella: acristaladas, acabado en barniz, acabados en crudo, en melamina, PVC y otros plastificados…
Nos queda un último punto que definir, pues toca decantarnos por un color. Acerca de esta cuestión, debemos tener la cautela de que, si nos gustan las puertas blancas, las paredes de color amarillo, color verde, rojo, tonos tierra o naranja resultan ideales para conseguir una exitosa combinación.
Asimismo, procura evitar que las puertas de interior, las molduras y los rodapiés luzcan exactamente el mismo color de las paredes.
Dicho todo esto, seguramente ya te encuentras con la presencia de ánimo suficiente para embarcarte en la elección del mejor tipo de puerta para tu casa pues te hemos explicado lo más relevante del asunto. En cualquier caso, recuerda que los expertos de la tienda a la que acudas podrán atender cualquiera de tus preguntas.
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