Consejos para un hogar saludable


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Cada vez somos más conscientes de la importancia que tiene nuestra vivienda en la salud. La OMS declaró en 2018 que una casa saludable es un elemento fundamental en la prevención de enfermedades. Es un aspecto crucial al que no siempre prestamos la debida atención. Te contamos cómo hacer de tu casa un hogar saludable.
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No podemos pasar por alto que se aproxima una de las épocas del año, como es el otoño y el invierno, en la que más permanecemos en el interior de nuestros hogares, así que parece evidente que nos debemos preocupar más que nunca por el carácter saludable de estos espacios.

Evita los tóxicos y apuesta por los materiales naturales

Te recomendamos apostar por los materiales naturales como el yute, el mimbre o la madera, así como el algodón o la seda para los textiles. En cambio, ve desterrando aquellos muebles y tejidos elaborados con plástico como el poliéster o los acrílicos.

Además, te recomendamos que evites los retardantes de llama que podemos encontrar en alfombras, cortinas, cojines e incluso sofás pues hablamos de un químico con posibles repercusiones en nuestra salud, tal y como aseguran en este artículo de la web de Hogar sin Tóxicos.

 

¡Que se haga la luz!

La luz natural impregna de vida nuestros hogares e incluso nos levanta el ánimo. Sin duda, el otoño y el invierno nos obsequia con menos horas de luz solar y tenemos que sacarles partido incluso en el interior de las casas.

No en vano, existe un viejo dicho que asegura que ‘donde entra el sol, no entra el médico’ ya que la luz atenúa los estados depresivos, la ansiedad y el estrés.

A esto se suma que una vivienda correctamente iluminada es más sostenible y, por lo tanto, más económica pues gastaremos menos en electricidad.

La importancia de la ventilación

En el interior de los hogares pueden acumularse tóxicos como formaldehídos que desprenden nuestros muebles o productos de limpieza de fácil inhalación si no mantenemos el polvo a raya con el empleo de aspiradoras equipadas con filtros HEPA o ventilamos abriendo las ventanas.

 

También los virus y bacterias pueden concentrarse en el ambiente si no nos preocupamos por airear las estancias adecuadamente.

Por lo tanto, siempre que la temperatura exterior lo permita, es aconsejable mantener las ventanas abiertas.

En cuanto llegue el frío, podemos recurrir a la ventilación cruzada con la simple apertura de varias ventanas ubicadas en diferentes orientaciones de la casa y dejarlas abiertas durante 5 o 10 minutos. Recuerda que es conveniente repetir este gesto al menos cuatro veces al día.

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Vigila la humedad

Los altos niveles de humedad también pueden resultar muy perjudiciales para nuestra salud ya que favorece la proliferación de hongos. Así, este problema es fácilmente identificable a través de la detección de manchas negras que pueden aparecer tanto en paredes, techos o mobiliario, etc.

Lo cierto es que su presencia puede causar alergias, conjuntivitis, rinitis, dermatitis o asma e incluso agravar problemas de fibromialgia, artrosis o artritis.

Por lo tanto, conviene ponerle coto a la humedad en el hogar. Existen sencillas maneras de atajar el problema y mantener una humedad ideal en casa.

En concreto, te animamos a que siempre emplees la campana extractora al cocinar, tapes las ollas y recuerda secar el agua tras una ducha. Por supuesto, también podremos recurrir a un deshumidificador de aire que nos podrá ayudar en esta tarea.

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