La ventilación siempre ha sido importante para eliminar tóxicos presentes en el ambiente y renovar el aire. Pero ahora aún lo es más, pues los expertos aseguran que los virus pueden concentrarse en aerosoles y, por lo tanto, suponer una amenaza para nuestra salud.
Por lo tanto, anímate a abrir las ventanas y no temas al frío del invierno, solo será necesario unos ratitos al día.
No en vano, este utensilio está catalogado como el artículo del hogar en el que más se concentran los gérmenes, según una investigación efectuada por biólogos de la Universidad Furtwangen (Alemania). Así, en ellos pueden llegar a proliferar un variado elenco de microorganismos como la bacteria campylobacter, Moraxella and Chryseobacterium species, entre otros muchos.
Para evitar que esto suceda, tenemos que tener la precaución de poner los estropajos y bayetas a remojo con agua y un poco de lejía durante al menos diez minutos. Sin duda, este es el remedio más eficaz. Ya te advertimos que introducirlo en el lavavajillas es incluso contraproducente porque favorece su proliferación.
En cualquier caso, conviene que tengas muy claro que nunca usar lejía con agua caliente, ya que se evaporará y no nos ayudará a desinfectar. Aquí, en este artículo de Maldita Ciencia, puedes informarte un poco más acerca de esta cuestión.
El váter es otro punto sensible de la casa al que conviene dedicar gran parte de nuestros esfuerzos de limpieza antibacteriana. De hecho, quizás no sepas que el botón de la cisterna es el auténtico escondite de las bacterias, aunque pocos nos empeñamos en su limpieza y solemos prestar atención a la tapa, ¿es tu caso?
Además, conviene bajar siempre la tapa antes de tirar de la cadena pues –de lo contrario– favorecemos su diseminación.
Las teclas y pantallas de nuestros dispositivos se ensucian constantemente e incluso pueden llegar a albergar una auténtica ‘microrreserva’ de pequeños bichitos. Por lo tanto, recuerda limpiarlos con cierta frecuencia (incluso diaria) con una bayeta empapada con un producto desinfectante, pero teniendo sumo cuidado de no estropear nada.
Quizás tampoco hayas reparado en ellos, pero si no es así, te recomendamos que vayas prestando atención a los interruptores de tu casa pues también suelen convertirse en un hervidero de bacterias.
También debemos centrarnos en la higiene de los pomos de puertas. Lo cierto es que estas zonas de constante uso están expuestas a infinidad de bacterias y virus. En suma, el esmero en su desinfección debe ser diario, sobre todo dada la actual pandemia.
No paramos de lavarnos las manos, ¿verdad? Por este motivo, procura tener los grifos siempre limpios pues de poco servirá que nos lavemos si después, al cerrarlo, tocamos un grifo que está sucio.
Ahora qué sabes cuáles son los puntos negros de tu hogar y en los que conviene esforzarse, ya no hay excusas para tenerlos siempre relucientes y, sobre todo, desinfectados.
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