A pesar de que tu casa sea precisamente amplia, a tus hijos no les debe faltar el ejercicio físico, pero es cierto que hay que motivarlos para ello. Ya verás qué sencillo es con estos juegos.
Esta es una manera amena de practicar deporte al tiempo que sueltan unas risas. Sin duda, la Rayuela es un juego muy clásico, tradicional de la calle y al que solían jugar nuestros abuelos. La propuesta nos la ofrecen desde Aeioutururu Blog y para ello necesitarás los siguientes materiales:
Varios rollos de washi tape de distintos colores.
Un espacio más o menos grande de la casa.
Algo que puedas usar de teja. Normalmente se usa una piedra o un trozo de tiza que es con el material con el que se suele dibujar en el suelo. En este caso, emplea algo que caiga con cierto peso pero que raye el suelo.
En primer lugar, tenemos que hacer en un folio el diseño de nuestra particular rayuela. Podemos numerarla del 1 al 10. La última casilla será el ‘cielo’. Una vez que tengamos claro cómo queremos que sea nuestra Rayuela, comenzamos el trabajo.
La primera casilla es el 1.
La segunda casilla, el 2.
La tercera casilla, el 3.
La cuarta casilla, el 4 y el 5.
La quinta casilla, el 6.
La sexta casilla, el 7 y el 8.
La séptima casilla, el 9.
Y la última casilla, ‘el cielo’.
Pero ¿cómo se juega a esto? Es muy posible que tanto como tus hijos seáis novatos en este juego. Si es así, no pasa nada. Repasamos las reglas:
Empezamos lanzando la teja en el número 1. Pero ten presente que siempre tiene que quedar en el interior de la casilla. De lo contrario, perderemos nuestro turno y le corresponderá tirar al siguiente participante.
Una vez que hayas conseguido que caiga dentro de la casilla, te toca saltar a la pata coja hasta llegar al ‘cielo’. Después hay que regresar. Recuerda que al llegar a la casilla anterior a la que tiene la teja, tendrás que agacharte a recogerla. Por cier cierto, no puedes pisar la raya.
Una vez superado el 1, pasamos al 2 y hacemos lo mismo, y así sucesivamente hasta completar el juego. Se proclamará vencedor quien termine antes.
Por cierto, en las casillas con dos números podrás apoyar ambos pies. Así, podrás descansar antes de proseguir tu camino.
Aprovechando que estamos todos en casa y a falta de un plan mejor, podemos jugar a este juego que nos garantiza un rato muy ameno y muy divertido. Ponemos música, unas sillas en el centro para todos los participantes menos uno. Todos los jugadores dan vueltas alrededor, pero en cuanto cese la música, hay que sentarse y quien no lo logre, pierde. Conviene ser muy rápido.
Estos son solo dos ejemplos, pero si se recuerdas los años de infancia, seguramente rescatas mucho más de la memoria. Te sorprenderá lo bien que se lo pasan tus hijos con unos juegos tan sencillos.
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