En líneas generales, hablamos de situaciones en las que la propiedad del inmueble se transmite pero sin que se proceda a entregar sus llaves. De hecho, será el comprador quien posteriormente deberá encargarse de conseguir la posesión e incluso es preciso que se vea obligado a recurrir a la vía judicial. Lo cierto es que hablamos de casas que se venden a un precio muy económico precisamente debido a esta circunstancia y, en definitiva, se hallan por debajo del valor de mercado.
Este tipo de inmuebles se suele caracterizar por lo siguiente:
Fincas que proceden de ejecuciones judiciales debido a deudas bancarias ya sea con la administración, empresas o particulares.
Los adquiridos en subasta.
Viviendas ocupadas de manera ilegítima.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce pues los inmuebles sin posesión a veces pueden tener gato encerrado. De esta manera, es posible que el ocupante del inmueble disponga de un título de propiedad que le legitime para residir ahí como, por ejemplo, un contrato de alquiler que es posible que no venza hasta dentro de cinco años.
En este caso, tendría que aguardar pacientemente a su vencimiento, optar por su resolución anticipada previa indemnización al inquilino o aguardar a que este no cumpla con sus obligaciones, como el pago de la renta, para iniciar un procedimiento de desahucio.
Además, dado que no son viviendas que se puedan visitar con anterioridad a su compra, el interesado se suele topar con los siguientes problemas:
Una descripción insuficiente acerca de su estado actual y características.
Si el poseedor de la vivienda tiene un título legítimo, el comprador se convertirá en arrendatario.
En cambio, si se trata de una ocupación ilegal es posible que el mismo banco se avenga a ofrecer todavía un precio más barato y atractivo para la venta de la casa. No en vano, el comprador deberá hacerse cargo de los gastos de la ejecución del desahucio. Esto implica que necesitará contratar un abogado y un procurador.
En definitiva, ya has visto que las compras de un inmueble sin posesión requieren que meditemos bien cada paso que vamos a dar y que incluso contratemos a un experto para que nos preste el debido asesoramiento.
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