Es muy habitual que unos hermanos reciban la vivienda familiar en herencia y uno de ellos se niegue a vender el inmueble. ¿Qué hacer entonces? ¿Qué recursos nos ofrece la ley?
En líneas generales, cuando se hereda un inmueble, los herederos tienen ante sí tres escenarios posibles:
Cuando un hermano no quiere vender el inmueble heredado, una solución común es que el que no quiere vender compre a los otros su parte del valor de la vivienda. De este modo, los que querían vender habrían vendido su parte y tendrían su beneficio económico y el que no quería ender puede hacer el uso que desee de la vivienda.
¿Qué ocurre se el hermano que no quiere vender la vivienda tampoco tiene dinero a comprarla? Aquí se abrirán dos vías, generalmente la más recomendable es la de llegar a un acuerdo entre los implicados, es decir, que los herederos negocien la situación más beneficiosa para todos. Por ejemplo, se podría poner a la venta la vivienda y repartir entre todos su beneficio.
Si todo esto falla, es factible acudir a un mediador a fin de que busque una solución que guste a todos los implicados.
La ley no obliga a nadie a vender su parte si no lo desea. Por este motivo, será necesario llegar a un acuerdo e iniciar un procedimiento judicial de división de cosa común. De esta manera, se opta por la partición judicial de la cosa común (actio communi dividendo).
No podemos olvidar que, el Código Civil, en su artículo 400, dispone que "ningún copropietario estará obligado a permanecer en la comunidad. Cada uno de ellos podrá pedir en cualquier tiempo que se divida la cosa común".
Siempre es mejor llegar a un acuerdo, pero si no es posible, y el bien no es divisible, se puede poner en marcha el procedimiento judicial de venta en pública subasta. Para ello, necesitaremos concurrir con un abogado y procurador cuyos gastos tendremos que abonar. Además, será precisa la intervención de un perito judicial que será nombrado por el Juzgado. A este profesional le corresponde valorar la casa heredada. En cualquier caso, si no estamos de acuerdo con su estimación, siempre podremos impugnarla.
En la puja puede intervenir cualquier tercero e incluso los herederos. Todos menos aquel que se resistía a vender (‘el disidente’).
Este proceso de subasta y venta a un tercero (que generalmente será una empresa) suele tener desventajas para los que vendan su parte.
Sin duda, estamos ante un tema complejo que requiere una gran negociación por parte de los hermanos para ver qué solución satisface a todas las partes. El último recurso es la subasta pública que hemos explicado y que soluciona judicialmente –y de raíz– el problema de desacuerdo existente entre las partes implicadas.
¿Cómo obligar a un heredero a vender?
Según la ley no se puede obligar a un heredero a vender una vivienda heredada si él no quiere. La mejor opción en caso de desacuerdo es llegar a un acuerdo. De no hacerlo habrá que llevar a cabo gestiones legales que podrían mermar las relaciones entre herederos.
¿Cuántas personas tienen que estar de acuerdo para vender una casa?
Para vender una propiedad heredada por más de una persona, todas las partes implicadas deben estar de acuerdo. No basta con que la mayoría quiera vender, tienen que ser todos. En caso de no llegar a un acuerdo, la venta no podrá llevarse a cabo ya que para vender es necesaria la firma de todos los propietarios.
¿Qué pasa si uno de los herederos vive en la casa?
Si uno de los herederos vive habitualmente en la vivienda heredada y el resto quiere vender, tendrán que llegar a un acuerdo entre todos. En caso de no hacerlo, se podría llevar a cabo el desahucio y la ley ampararía a los herederos que quieren vender.
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