Parece mentira pero a veces unos sencillos trucos pueden desempeñar un importante papel para ganar la partida al calor o –por lo menos– plantarle cara.
Aunque es cierto que algunas de estas recomendaciones no te pillarán de nuevas, otras te resultarán bastante inéditas, pero verás qué eficacia.
Una de las maneras clásicas de combatir la canícula es cerrando a cal y canto una vez que aprieta el calor y no volver a abrir hasta que empieza a refrescar al caer la tarde. También es una buena idea recurrir a toldos y contraventanas que, de esta manera, podrán proteger la fachada de la incidencia del sol e impedir que se calienten las estancias.
Otra forma de alejar el calor del hogar es empapando las cortinas con agua ya que, de esta manera, el aire se impregnará de su frescor y notaremos un alivio en el ambiente. Puedes usar un spray con agua e ir poco a poco rociando las cortinas de una manera rápida y sencilla. Así, si entra brisa por la ventana, esta resultará bastante reconfortante.
Además de quedar de maravilla con la decoración, sobre todo en una casa destinada al veraneo, esta clase de ventiladores rebajan la sensación de calor y sin apenas ocasionar un gasto importante.
Contar con una bonita planta que se enreda y recorre toda la fachada no solo resulta una manera preciosa de ajardinar tu casa, pues también rebajará el calor que se cuela en su interior. Hay quien se atreve a asegurar que gracias a esta inestimable ayuda logran prescindir del aire acondicionado durante todo el verano. ¿Hacemos la prueba?
Si tu casa cuenta con varias orientaciones, prueba a abrir ventanas para que se corra el aire. De esta manera, la temperatura será más agradable y se sentirá el frescor de una brisa reconfortante.
Pero tenemos más trucos para enfriar una habitación de forma natural sin encender aparato alguno. Presta atención a todos ellos, pues te los adjuntamos de manera sucinta:
No enciendas el horno y apaga los electrodomésticos ya que pueden elevar la temperatura.
Riega las plantas y moja el suelo de la terraza para que el aire que te entre desde ella resulte fresco y agradable.
Al cocinar emplea siempre la campana extractora, pues además de aspirar los olores de la comida, también se encargará de disipar el calor que generan los fuegos.
Reemplaza las bombillas incandescentes de tu hogar por otras de tipo Led. Quizás no sepas que las incandescentes emiten en forma de calor el 90 % de su energía. El cambio se apreciará en la factura, pero también en la temperatura de tu casa.
Otra treta para combatir el calor de una manera sumamente natural –no se nos ocurre una que lo sea más– es rodearse de plantas: en el salón, en los dormitorios, en el recibidor…
Quizás no sepas que cuando las riegues, el agua, al evaporarse, bajará la temperatura del ambiente hasta dos grados.
¿Y si llega la temida ola de calor? Pues además de recurrir a todas las estratagemas expuestas, te animamos a caminar descalzo para sentir la frescura del suelo –sobre todo si es de mármol–, darte duchas templadas cada cierto tiempo o simplemente mojarte los pies. También puedes colocar un recipiente con hielo al lado del ventilador para que el aire que produce resulte más refrescante.
Sin duda, con todo estos consejos lograrás reducir tu factura de la luz a la mínima expresión, pero recuerda, además, poner en marcha todas estas pautas:
Aislar paredes y techos, ya que con este gesto –aunque supone un desembolso inicial– podrás reducir más de un 30 % en gastos en refrigeración.
Emplea burletes, unas tiras flexibles de material aislante, que podrás colocar bajo los marcos de las puertas para impedir que se cuele el calor.
A la hora de dormir, ese momento tan temido por culpa de las noches tropicales que nos visitan con frecuencia durante el verano, sustituye los tejidos sintéticos por el algodón, el lino o la seda. Estos no atrapan tanto el calor y lo notarás al intentar conciliar el sueño.
Estamos seguros de que con todos estos métodos conseguirás olvidarte prácticamente del empleo del aire acondicionado. Lo cierto es que en ocasiones olvidamos que el sentido común y unas buenas ideas como las descritas pueden hacernos un papelón.
Además, no olvides tener a mano un abanico para cuando salgas de casa y arrecie el calor, ya sea en plena calle o en cualquier otra circunstancia. Los hay preciosos y te encantará recuperar este utensilio tan nuestro.
Todos estos consejos nos ayudarán a eludir o demorar en la medida de lo posible el momento de encender el aire acondicionado que quedará prácticamente como un último recurso reservado para los días más álgidos de la ola de calor que toque en ese momento.
O cuéntanos lo que necesitas y nos pondremos en contacto contigo lo antes posible