Seguramente te habrá llamado poderosamente la atención la fachada de alguna casa cubierta completamente por una preciosa enredadera. Una especie de jardín vertical —tan de moda ahora— que mejora la estética de nuestra casa a la par que la llena de vida y color.
Lo cierto es que las plantas en la pared resultan una manera económica, sana y ecológica de embellecer nuestra vivienda. Existen infinidad de variedades y seguro que entre todas ellas podrás encontrar la perfecta candidata para tu fachada.
Las casas cuyos muros exteriores están tapizados por plantas trepadoras se defienden mejor de calor, pues impiden que la pared se caliente en exceso. Un auténtico aire acondicionado natural que, además, ayuda a limpiar el aire de posibles partículas tóxicas. Así, según un artículo del portal Inarquia sobre edificación sostenible, todo ello comporta una rebaja en la factura eléctrica.
Pero no solo en verano, pues también en invierno apreciamos su influencia pues retrasan el traspaso del calor desde el interior al exterior de la vivienda.
Tampoco podemos pasar por alto que las plantas trepadoras que cubren las fachadas y que llegan a alcanzar 8 centímetros de grosor son capaces de aislar hasta 40 decibelios del sonido procedente del exterior.
Dicho todo esto, ¿cuáles son las mejores enredaderas para fachadas o terrazas? Dos variedades destacan especialmente para este cometido. Vamos a hablar un poco de ellas:
La parra virgen: Es una enredadera incansable y muy resistente. Resulta muy adecuada para decorar fachadas de casas, ya que crece con gran rapidez y en muy poco tiempo puede llegar a cubrir un muro entero. Cuando llega el otoño, pierde sus hojas, no sin antes ofrecer el espectáculo del cambio de verde a rojizo. La parra virgen no daña las paredes a las que se fija con sus pequeñas ventosas. Además, se adapta a los diversos climas y temperaturas.
La hiedra. A diferencia de la anterior, esta es una enredadera para fachadas de hoja perenne. Por lo tanto, durante todo el año estaremos disfrutando de sus hojas sobre la fachada. Además, resulta perfecta para cubrir los muros se encuentren orientados al norte, pues la exposición al sol no la beneficia. Podemos encontrar una gran variedad de hiedras: unas de hoja más grande y otras con hojas más pequeñas. Esta última se adhiere estupendamente a la pared, aunque tardan un tiempo en ofrecer un aspecto tupido.
En definitiva, las plantas trepadoras no tienen un fin meramente estético, sino que también ayudan a purificar el aire y mejoran el aislamiento de la casa al mantener mejor la frescura de la pared durante los meses de verano. Por lo tanto, el ahorro energético también puede ser un argumento válido para animarnos a plantarlas en la fachada de nuestra casa o terraza.
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